Quizás te preguntes, ¿Por qué necesito un seguro? o ¿Para qué quiero tener un seguro? Lo más importante que debes saber sobre un seguro, es que su finalidad es asumir un riesgo que nosotros no podemos asumir, y que además, significa un enorme daño a nuestro negocio, a nuestra vida y en general a todo lo que llevamos tiempo construyendo. Como no queremos que eso suceda, le pasamos el problema a otro, que alguien más se haga cargo de eso. Esencialmente, para eso sirve un seguro.
Por la vida tan atareada que llevan los trabajadores autónomos, generalmente, no tienen en cuenta los riesgos que pueden correr sus inversiones y todo el esfuerzo que día a día le inyectan a sus proyectos. Si trabajas de forma independiente sabes que tienes grandes responsabilidades y cumples diferentes roles para sacar adelante tu emprendimiento, y de lo menos que te preocupas, es de tu salud.
Pero, ¿qué pasaría si te enfermas o ocurre un accidente en tu local? ¿Quién te apoyaría económicamente? ¿Quién cumpliría con tus obligaciones?
Hay algo que, como autónomo, siempre debes tener muy claro y es que sobre tu espalda está toda la responsabilidad de tu estabilidad económica, por eso hay 3 aspectos que no debes descuidar: Tu salud, tu negocio y tu actividad.
Estamos al ciento por cien seguros de que debes proteger con uñas y dientes tu negocio, sea cual sea el rubro en el cual te desempeñas, como autónomo, eres el único que se preocupa por cuidar tu inversión. Es por ello que consideramos vital que cuentes con un seguro que te respalde al momento de un siniestro, enfermedad, o algún otro percance que se pueda presentar.
Para proteger tu actividad y/o Negocio:
Es importante que conozcas algunos criterios al momento de contratar un seguro, para que no dejes por fuera ninguno de los 3 aspectos que te comentaba anteriormente: Tu salud, tu negocio y actividad, estos deben ser tu prioridad al momento de decidir asegurarte como autónomo.
1. Responsabilidad Civil (R.C.)
Cuando se presentan daños a terceros es imposible saber el alcance del reclamo que te pueden hacer, es por esto que recomendamos tener este riesgo cubierto como una gran prioridad. No sabes si la persona afectada te cobrará una suma que puedas cubrir personalmente o si será una cantidad millonaria que te deje en bancarrota.
2. Multiriesgo o Daño
Estos son los seguros que cubren daños por incendios, inundaciones, saqueos, es decir daños grandes que representen una pérdida significativa en nuestros bienes y además causen pérdida de ingresos por paralización en las actividades. Generalmente, estas pólizas incluyen Responsabilidad Civil.
3. Ciber Riesgos
Este es un tipo de riesgo que está en crecimiento y mayoritariamente ataca a empresas pequeñas, siendo estas las más vulnerables. Es un riesgo que se debe tener cubierto, ya que puede suponer la paralización parcial o total del negocio. Un ciberataque implica que debes recuperar tu sistema, sitio web, cuenta en alguna red social, todo depende del tipo de ataque y del negocio que tengas, pero de cualquier forma significa una gran inversión en recuperación y daños, antes de iniciar nuevamente tus actividades.
Para proteger tu salud
Como primera opción, siempre debes tener en cuenta el Seguro Social, en cualquier país donde te encuentres o donde desempeñen su actividad, existe una Seguridad Social. Este tipo de seguro es el que nos indemniza en caso de que estemos de baja, es por eso que es importante que revises, cuál es el importe de ingresos que puedes tener en ese caso y por cuánto tiempo podrías vivir con eso.
En caso de incapacidad de cualquier tipo, también debes conocer las pensiones que otorga la seguridad social. Lamentablemente, la realidad en la mayoría de los países, es que la seguridad social es bastante injusta con los autónomos y las coberturas son muy bajas en comparación con las de un trabajador bajo dependencia.
Por otro lado, existen los seguros privados
1. Salud o Asistencia Médica
Como trabajador autónomo no podemos darnos el lujo de estar un día entero en un hospital, esperando por una consulta, el tiempo es lo menos que nos sobra. Un seguro de salud nos facilita esto, ya que podemos optar por atención más rápida y especializada.
Las emergencias y la hospitalización, están cubiertas con un seguro médico privado, en caso de siniestro o enfermedad. Por supuesto los detalles y condiciones debes analizarlos con cuidado y pedirle a tu asesor de confianza toda la información.
2. Jubilación
Este tipo de seguro debes pensarlo en función de tu capacidad de ahorro y de los planes que tengas a futuro, todo dependerá de en cuánto tiempo deseas retirarte de tu actividad y de qué forma.
Muchas veces los seguros nos dan desagradables sorpresas a la hora de necesitar usarlos, esto sucede porque no tenemos en cuenta estos 3 elementos fundamentales que no debes perder de vista en el momento de contratar tu seguro:
- Ventajas y desventajas del producto que contratas (es necesario que leas la letra pequeña).
- “Declaración de riesgos”: estos son los datos claves que deben aparecer en tu póliza para que tu seguro funcione correctamente. Es deber del tomador del seguro, notificar a la aseguradora todas las circunstancias que conozca que puedan influir en su valoración de riesgo. Ejemplo: enfermedades crónicas, enfermedades en la familia que se puedan heredar. En caso de que no declares esta información, el seguro puede anular el contrato y negar la indemnización.
- Tramitar el parte cuando se presenta el siniestro: Debes conocer cuánto tiempo tienes para declarar a tu seguro lo sucedido. Si no das el parte en el tiempo reglamentario, también puedes perder la cobertura en ese caso.
Para evitar todas estas “sorpresitas” es vital que conozcas muy bien las condiciones de tu póliza y que cumplas con todos los recaudos y requisitos exigidos.